martes, 29 de noviembre de 2011

CANALIZACIÓN SOBRE MIS DONES

Un don es un regalo divino que traje en mi encarnación para realizar el camino de mi misión.

Todos poseemos algo único, diferente a los otros seres que nos fue entregado para que pudiéramos dejar lo mejor de nosotros mismos en la Tierra y elevar , con cada uno de nuestros pasos, la vibración en amor.

Reconocer ese don es activarlo, es darle el carácter sagrado que tiene. Negarlo es rechazar lo sagrado en mí, es no fluir con el ritmo natural del Universo en el cual, mi sonido es una nota más de la bella melodía que es el vivir.

Miramos dentro, reconocemos y sacamos fuera lo que se depositó en mi corazón para así entregar de vuelta, en agradecimiento, los frutos.

Mi don hace que yo sea una pieza fundamental del engranaje que compone toda la humanidad.

Soy único, nadie es como yo. Entenderlo es asumir que mi misión es única, que el mundo no sería lo mismo sin mí, que todo fue y será perfecto porque yo pongo mi grano de arena , mi parte activa en que todo el Universo funcione a la perfección.

Damos gracias y entendemos que no es necesario desear lo que no soy, ya que me desviaré de la energía de creación que hay en mí. No pretendo compararme en ningún momento porque sería como si el mar quisiera ser cielo o el cielo quisiera ser mar.

La inmensidad de mi don es tal que fluir y utilizarlo en mi propio bien contribuye a realizar un mundo mejor.

Es una encomienda que Dios me hizo depositando eso en mí que he de utilizar, ampliar, mejorar, reconocer para que de ese modo mi alma recorra el camino para el que eligió reencarnar.

Reconocer quien soy, darme la posibilidad de manifestarlo realza el valor de aquello que, en mí, empuja siempre por salir.

Miremos dentro, en lugar de fuera, para buscar; allí es donde  el poder emana de mi Yo superior, donde todo es perfecto.

Las vivencias terrenales me apartan de lo que soy verdaderamente si no es el corazón el que dirige el timón del barco de mi vida.

Entenderé que mi vida cumple su comentido cuando descubro en mi eso que me realza, me reafirma, me eleva. Eso que me permite fluir porque el rio siempre me conduce hasta el inmenso mar.

Entiende tu esencia, reconocela. Tu esencia es sagrada: enriquece el mundo y conecta con lo divino.

El coraje de ser yo mismo implica atravesar fuerzas de resistencia que pretenden dirigir mis pasos.

Reconocer y ver lo que fue puesto en mí como don es elevar mi alma a Dios, a lo sagrado y decir un sí a la vida; es elevar mi alma hasta el lugar donde la alegría, la fuerza y la pasión dirigen y dan sentido a mi existencia. Y así, de modo imparable, los seres que me acompañan pondrán a mi paso todo lo que necesite para que mi vida sea un fluir en armonía y abundancia.

Reconoce lo sagrado en tí, tu joya, tu sabiduría interior que, sin importar en que forma se manifiesta, es lo que te ayuda a ser, a evolucionar y de ese modo el mundo a tu alrededor comenzará a brillar cual onda expansiva en todo el cosmos.

    CANALIZADO POR SAMARA Corazón rojo