martes, 31 de enero de 2012

CANALIZACIÓN SOBRE EL DOLOR

 
Perder y no soltar. 

Es el lenguaje del alma que se resiste a perder, que se resiste a transitar  por lugares donde hay que empezar a vivir de otro modo, donde se acaba de ir lo me produjo armonía y amor en este plano terrenal.

Trascender la pérdida es trascender el dolor. Aquel que me hace agarrarme a lo que se va, aquel que me hace no fluir con lo que vino.

En el contínuo devenir de la existencia la mil y una muertes de nuestra realidad nos acompaña. Es un hecho perenne, incuestionable que nos da la oportunidad de elevarnos a cada paso: de oruga a mariposa, de mariposa a ave fenix...

Honro lo que se fue y mi corazón humano ha de despedirse con los honores de sagrado de aquello que en mi vida me aportó esa parte de mí que me hizo ser quien soy, que en el mosaico de mi yo terrenal me ha ayudado a configurarme en todos sus colores.

El dolor sabe a despedida, a decirle a mi cuerpo, mis emociones, mi mente y mi alma que toca soltar. Me da la oportunidad de honrar y despedirme con honores de aquello que me hizo ser quien soy y estar cada día más cerca de Dios.

Transitar mi dolor me permite tomarme el tiempo suficiente para parar; aprender y comprender;  para entender y honrar; para abrazar, agradecer y soltar.

Porque solo el que agradece y honra ,despide con salves y honores a todo lo que en mi camino Dios me regaló.

Nunca hay pérdidas, ya que siempre el vacío me trae algo inmensamente mayor de lo que se fue.

No juzgues tu dolor como algo innecesario o negativo en tí;  no sueltes tu sentimiento sin haberlo antes transitado. Porque solo a través del dolor algunas verdades se comprenden y solo desde abrazarlo podemos comprender que somos sensibles y vulnerables, que todo vienen y todo se va.

Pero deja en tu corazón un altar que honre eso que se fue, eso que toca soltar. Porque no habría sido posible oir el lenguaje del cielo, la luna y las estrellas sin que hubiéramos elevado nuestros ojos hacia arriba en la oscuridad.

Todo es posible. El amor y el dolor han de reconocerse en tu alma para honrar lo que viene y despedir lo que se va.

Vivimos años de vertiginosos cambios, donde las vivencias y experiencias se suceden implacablemente. Y no hay otro modo de que Dios construya un templo cada vez más grande sino haciendo caer con el fuerte viento aquel que quedó pequeño para tí.

Un dolor presente te ayuda a una elevación futura, a no embrutecerte.

Has de poner amor al dolor , y en todos sus colores de rabia, tristeza, enojo, pérdida... ver el arcoiris que te recuerda que eres humano/a y eso está teñido de variedad de experiencias.

No culpes ni te culpes: porque tus miedos no son tú, tus heridas profundas del alma no son tú, tus limitaciones terrenales no son tú.

Abres tu corazón a la vida cuando tus ojos ven a aquel que más daño te hizo como un maestro. Porque solo te llega aquello que puedes soportar , el Universo te abraza y nunca estás solo/a.

Es momento de integrar el dolor como un ritual de paso hacia otras realidades.

No tendría sentido estar viendo siempre la misma película, al igual que no podrás resistirte a las cambiantes realidades.

Abraza tu dolor con el valor del que entiende que toca partir: sin prisa, sin sentir que es algo ni bueno ni malo sino que símplemente es.

Si abrazas tu dolor él te abrazará a tí,  te cogerá con su dulce  mano y te llevará al lugar donde la paz y el remanso están aliadas.

Siente tu dolor, vive tu experiencia, reconócete vivo y el Universo entero estará a tus pies.

CANALIZADO POR SAMARACorazón rojo