En
la era del nuevo humano todo se eleva de vibración. Y es allí, en los
planos más altos donde subimos y ascendemos donde nos encontramos con
nuestro ser superior y se produce la perfecta comunión entre lo humano y
lo divino, entre el cielo y la tierra.
La esencia de la vida es gozo y en este transitar nuevos aprendizajes se abren y aparecen de distinto modo y esencia.
No hay que temer al gozo ya que disfrutar nos eleva; como en toda altura el vértigo aparece, la realidad se amplia, las oportunidades se multiplican. He aquí donde nuestro libre albedrío entra en acción y hemos de sentir y elegir hacia donde nos direcciona nuestro corazón aunque a veces la elección es difícil cuando todo lo que se nos presenta es hermoso .
Pero en un ejercicio de conexión interior urge soltar, no ya para elevarnos sino para reconocer y experimentar el amplio abanico de experiencias que nos configuran en todo el espectro de colores que alberga la luz visible que somos.
Es el desapego de vital importancia , porque el futuro se va elaborando una y mil veces con cada decisión y no hay nada eterno porque el crecimiento es infinito.
Por eso , vivir cada instante nos implica disfrutar de nuestra única realidad presente porque no hay un futuro sino infinitos posibles; y desde esa perspectiva entendemos que hay que fluir sin aferrarse aunque nuestra energía quiera quedarse en ese lugar.
Puesto que todo es cíclico siempre vendrán mayores venturas pero siempre que hayamos soltado lo anterior por muy maravilloso que nos haya acontecido.
Disfrutar, no esperar, soltar... y si algo ha de volver por designio divino de nuevo abrirnos con la señal inequívoca que lanzamos al universo reconociendo que somos abundancia.
Aferrarse implica temor a no volver a vivir experiencias semejantes y eso es un pensamiento de escasez.
Vive, goza sin expectativas ni apegos y después suelta para que se haga el vacío que permite que lleguen a tí la nuevas y diferentes realidades.
Todo en evolución, todo en ascensión.
Desde el cielo a la tierra las manifestaciones son infinitas, las posibilidades inimaginables.
Por eso elévate a la vibración del merecimiento y del saber que habrá más para que el flujo de abundancia sea imparable.
No esperes nada y todo te será dado.
No pongas tu mente en entorpecer aquello hermoso que la vida te trajo y en clasificarlo como bueno o malo puesto que esto no es más que una invención limitante del hombre para el hombre.
La vida es gozo desde el momento primero hasta el momento último; y desde nuestras elecciones ampliamos esas posibilidades con la gratitud del que no deja de sorprenderse por cada sincronía y acontecer, ya que la melodía de la vida solo es escuchada por aquellos que poseen la sensibilidad de un niño y la voluntad de un hombre, por aquellos cuya esencia de ser es disponer de su vida como el tesoro que nos permite explorar tantas realidades que nuestro entendimiento desconoce.
Si vibras en gozo miles de seres de luz estarán a tu lado mostrándote los mil y un senderos que te llevan hacia lo más elevado del cosmos.
La esencia de la vida es gozo y en este transitar nuevos aprendizajes se abren y aparecen de distinto modo y esencia.
No hay que temer al gozo ya que disfrutar nos eleva; como en toda altura el vértigo aparece, la realidad se amplia, las oportunidades se multiplican. He aquí donde nuestro libre albedrío entra en acción y hemos de sentir y elegir hacia donde nos direcciona nuestro corazón aunque a veces la elección es difícil cuando todo lo que se nos presenta es hermoso .
Pero en un ejercicio de conexión interior urge soltar, no ya para elevarnos sino para reconocer y experimentar el amplio abanico de experiencias que nos configuran en todo el espectro de colores que alberga la luz visible que somos.
Es el desapego de vital importancia , porque el futuro se va elaborando una y mil veces con cada decisión y no hay nada eterno porque el crecimiento es infinito.
Por eso , vivir cada instante nos implica disfrutar de nuestra única realidad presente porque no hay un futuro sino infinitos posibles; y desde esa perspectiva entendemos que hay que fluir sin aferrarse aunque nuestra energía quiera quedarse en ese lugar.
Puesto que todo es cíclico siempre vendrán mayores venturas pero siempre que hayamos soltado lo anterior por muy maravilloso que nos haya acontecido.
Disfrutar, no esperar, soltar... y si algo ha de volver por designio divino de nuevo abrirnos con la señal inequívoca que lanzamos al universo reconociendo que somos abundancia.
Aferrarse implica temor a no volver a vivir experiencias semejantes y eso es un pensamiento de escasez.
Vive, goza sin expectativas ni apegos y después suelta para que se haga el vacío que permite que lleguen a tí la nuevas y diferentes realidades.
Todo en evolución, todo en ascensión.
Desde el cielo a la tierra las manifestaciones son infinitas, las posibilidades inimaginables.
Por eso elévate a la vibración del merecimiento y del saber que habrá más para que el flujo de abundancia sea imparable.
No esperes nada y todo te será dado.
No pongas tu mente en entorpecer aquello hermoso que la vida te trajo y en clasificarlo como bueno o malo puesto que esto no es más que una invención limitante del hombre para el hombre.
La vida es gozo desde el momento primero hasta el momento último; y desde nuestras elecciones ampliamos esas posibilidades con la gratitud del que no deja de sorprenderse por cada sincronía y acontecer, ya que la melodía de la vida solo es escuchada por aquellos que poseen la sensibilidad de un niño y la voluntad de un hombre, por aquellos cuya esencia de ser es disponer de su vida como el tesoro que nos permite explorar tantas realidades que nuestro entendimiento desconoce.
Si vibras en gozo miles de seres de luz estarán a tu lado mostrándote los mil y un senderos que te llevan hacia lo más elevado del cosmos.
CANALIZADO POR SAMARA
