lunes, 9 de enero de 2012

CANALIZACIÓN SOBRE EL MIEDO

 
El miedo es el conjunto de fuerzas oscuras, de baja vibración que te convencen y persuaden para la no evolución y para el no goce.

Tras la lluvia de abundancia que nutre las tierras y desborda el corazón en gozo, viene la amenzante tormenta que, con sus rayos y truenos provoca los mayores desastres.

No puedo evitar la tormenta, pero sí resguardarme y protegerme dándole a mi vida un color de invisible tono para que no se produzca en mí ningún destrozo y pueda caminar sobre los campos que la lluvia abonó.

Y así, las semillas plantadas, germinarán y reforestarán los más grandiosos bosques, donde la insignificante semilla se conviertirá en majestuoso árbol gracias a la oscuridad, a la lluvia fertilizante  que le hace poder explosionar en todo su potencial.


Aceptar la vida es permitirme transitar aquello que , en apariencia, pudiera causarme un gran daño.

Permitirme vivir es aceptar los riesgos de aquel que decide transitar cualquier camino, sabiendo que la vida no es más que un juego, un constante gozo, un lugar de experimentación donde no hay más posibilidad que caminar para aprender, caminar para sentir, caminar para descubrir.


Apostar por mi felicidad es agradecer a Dios, a la divinidad, a todas las fuerzas creadoras del cosmos la gran oportunidad que al encarnar se me presenta; descubriendo que , detrás de lo que más temo, están los mayores disfrutes; ya que el miedo no es más que la fuerza que me intenta persuadir de que no es necesario vivir,  que sobrevivir es suficiente.

Y en una gran explosión, como fue en su momento el big bang, el corazón cual lava de un volcán, abre con su fuego de pasión todos los caminos tras los obstáculos de baja vibración que intentan convencerme de que no viva, de que no experimente, de que no goce.

Cada miedo en tu camino no es más que una señal, un intento de que no accedas a las mayores bendiciones nunca experimentadas, puesto que todo , en su polaridad, es lo mismo.

El miedo se cura con amor, pero el amor nos da miedo; porque no hay mayor pánico para un alma que sufrió que no poder manejar toda la luz que llega a su vida.

Querer controlar, querer saber todo lo que me va a suceder me paraliza; no hay mayor gozo que la del niño, que ligero de equipaje, comienza un viaje con destino incierto, con posibilidades infinitas.

Es el amor a la vida, el convencerse de que no hay otra posibilidad que el gozo, la que permite atravesar todos los obstáculos que llegan  a tu vida.

 La mayor de las catástrofes  es la de paralizar tus piernas que, diseñadas para andar, solo podrán estar fuertes si caminan, si se ejercitan en su paso a paso cada día sea cual sea el camino: llano o abrupto, limpio o lleno de broza.


En tu libre albedrío tu mente puede dejarte en la cuneta, apartado de todo aquello que no es posible si no es ligero de equipaje, sin la mochila de todo aquello que perturba a tu alma.

No hay otro modo de vivir que no sea en el gozo cuando he elegido experimentar; ya que siempre me quedará la fortuna en mi corazón de todo lo vivido, de todo lo experimentado ...si he decidido abrir mi corazón.

Todo es simple si así lo decido, si me centro en mi presente, si me subo al tren de lo que la vida, por el simple hecho de estar vivo, me trae para que me embarque en los más diversos viajes, en las mayores  oportunidades de transformación.

Instalarme en mi comodidad, sucumbir a los miedos, paralizarme...es la verdadera muerte, ya que es detener y estancar la vida.
 
 
 
Sin embargo, cuando algo se acaba tras haber experimentado y gozado, no es más que el fin de una experiencia que me traerá otra diferente, más gozosa en el contínuo ciclo de nacer y morir; en el contínuo pulsar de inhalar y exhalar, llenarse y vaciar.

Goza, rie, siente, disfruta, ama sin límites respetando el libre albedrío del otro y, de este modo no habrá ninguna fuerza que pueda impedir que tu alma crezca hasta tocar con sus dedos al mismo Dios.

CANALIZADO POR SAMARA  Corazón rojo

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