Perdón es la fuerza del amor que brota en el corazón de los hombres para limpiar cada día y en cada momento todo lo sucedido y así poder abrirme a los nuevos amaneceres que me brinda mi existir.
Perdón es el nombre que Dios le puso a la llama purificadora de nuestros actos con la insignia de que siempre es posible volver a comenzar.
Perdón es el nombre que el amanecer puso en el corazón de los hombres para hacerles ver que tras la oscuridad de la noche vuelve a existir el alba, el sol , la luz; y así, tras dormir en la inconsciencia podemos volver a despertar transformados.
Todos tus pasos son sagrados; Dios quiso que las experiencias fueran diferentes para así poder pintar en el lienzo de tu existencia un hermoso cuadro teñido de belleza.
Elegir el perdón es dar un sí a la vida, un sí quiero a elevarme más hacia Dios que es amor. Cada vez que te perdonas se instala en tu corazón un trocito más de amor: el que eleva, el que sana, el que dice sí a la vida.
Mi esencia es divina, soy una parte de Dios, mi corazón es perfecto. En los planes de Dios está el errar. Ningún niño habría aprendido a caminar sin tropezar una y mil veces hasta mantenerse erguido.
Necesito caminar todas las experiencias para entender que todo es posible, que la luz del sol es más grande cuanto más me aproximo al astro rey.
Cada una de tus vivencias es un peldaño que te lleva a tu felicidad, ya que te permitirá un tránsito que te hará más consciente.
Perdónate y de ese modo estarás eligiendo el camino de la felicidad, de la alegría, del amor.
Todo es necesario, todo es aprendizaje. Dios nos lo hace ver de una y mil formas para que las lecciones de la escuela de la vida sean aprendidas, integradas.
Escucha que lección trae cada acontecer y abrázate al regazo amoroso de la vida. De este modo, tu corazón dejará sitio a las bendiciones que, por ley natural, te corresponden.
Abrazate al amor cuando de una y mil formas el universo te lo hace llegar. El perdón le permite a tu alma abrirse a él una y otra vez.
Si el amor llama a tu puerta es un regalo del infinito que quiere darte la felicidad que es la esencia natural de todo ser viviente que eligió venir a este plano.
La oscuridad que forma parte de la luz no tendrá cabida en tí si con la llave del perdón, abres tu corazón al amor.
Aléjate de la oscuridad, reconoce la enseñanza, eleva tus ojos al infinito para decir al Dios Padre que agradeces los dones recibidos y, de ese modo, dentro de tí se desintegrará lo inservible y se abrirá un magnético vacío que será llenado de bendiciones.
Transita tu dolor, tu desesperanza, tu frustración... es la parte turbulenta del río de la vida que te llevará hacia la calma del río que va , claro y transparente, hacia el inmenso océano, donde se abrirá a toda su posibilidad de grandeza, de expansión.
Abre tus ojos, mira a tu alrededor y siente el amor que está tocando a tu puerta de múltiples formas.
Toca tu corazón con la magia del perdón y así todo resplandecerá.
Date tu tiempo, no niegues tu sentir; no niegues las turbulencias del río que en su transitar ha de recorrer; pero con el firme propósito y la mirada puesta en el inmenso océano que te espera donde ya no hay cauces, donde la vida explosiona hermosa en múltiples formas, donde la luz y las estrellas se reflejan de manera poderosa sin saber que es cielo y qué reflejo ya que todo es inmenso.
Tú eliges; el amor está llamando a tu puerta,quiere entrar en tí. ¿Aceptas abrir el regalo que el Universo tiene para ti?
Canalizado por Samara 
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