lunes, 14 de marzo de 2011

CANALIZACIÓN SOBRE LA SEXUALIDAD


Mueve el mundo como energía vital que florece desde lo más profundo de uno mismo.

Es la fuerza que une a los opuestos haciéndolos uno, generando la creatividad necesaria para construir una vida de luz.

El sexo está dentro de cada uno diseñado para ser compartido y así crear la fuerza y energía impulsora de todo el sistema energético que nos compone.

Alegría de vivir es sexo porque así conectamos con la creatividad de la Madre Naturaleza y nos hace entender la vida como un hermoso juego del compartir y del gozar.

Es la expresión sin palabras. El alma no sabe de palabras, por eso es profundo acariciar, es profundo sentir el contacto del otro ser y hacer que llegue así todo mi mensaje de amor y vida donde las palabras no son capaces de hacerlo.

La sexualidad es una manifestación de que estamos vivos.

Todo nuestro ser ser armoniza, se eleva nuestra frecuencia vibratoria y nos hace estar más cerca de Dios. He ahí su carácter sagrado.

Se impulsa desde la libertad de elegir el querer compartir mi cuerpo y su comunicación.

El ingrediente vital más poderoso que nutre la sexualidad es el contacto. Abrazar es sexo cuando es el corazón es el que mueve ese abrazo. Acariciar es sexo cuando es lo mejor de mí lo que pongo en ese contacto.

Permanecer sincronizando nuestras respiraciones nos mantiene unidos en el pulso vital y es el sexo verdadero.

La conciencia es la maestra que dirige todo el proceso.

 Compartir lo mejor de mí mismo/a y hablar sin palabras nutre nuestra alma, eleva nuestra energía y hace fluir en nosotros la esencia de Dios.

No importa el modo; la esencia fundamental es que todas tus células, toda tu piel, toda tu energía, todo tu corazón se fundan en uno solo.

No hay reglas.

La fusión de dos almas, cuando es desde la esencia vital de mi ser, impulsa la magia de la vida.

Dios nos dió ese don como modo de propulsarnos hacia lo más elevado de nosotros mismos.

Un ser engendrado así vendrá con su chispa divina  activada de modo más potente.

Es tan poderoso que puede asustar a quien tiene afan de poder.

Es el silencio compartido donde dos almas que fusionan sus cuerpos pueden conectar desde lo mejor de sí mismos.

También se funden las mentes. Quedan fusionadas en el universal lenguaje del cuerpo.

Yo soy tú, tú eres yo. Nos fundimos unos instantes para sentir que el tiempo no existe, para recordar que la eternidad está en el momento presente, para olvidarnos de nuestro cuerpo terrenal y entender que por unos instantes dos somos uno, para así comprender por extensión que todos formamos el Gran Cuerpo universal de la Raza Humana.

El lenguaje del sexo simboliza todo aquello que Dios nos quiere enseñar que es sagrado: lo que hay más allá de las palabras, la bendición que supone tener un cuerpo como centro de gozo, la oportunidad de disfrutar y de comprender el significado de la eternidad. Entender todo esto es comprender nuestra naturaleza más sagrada.
Gracias, bendito cuerpo, por hacer de tí un instrumento de mi gozo. Gracias Dios por hacernos portadores de ese don.

La Tierra y el Cielo se funden en un lenguaje sempiterno de magia cuando a través de nuestros cuerpos fluye la energía de gozar y compartir.

Lo sagrado que hay en mí se funde en lo sagrado que hay en tí. No importa el modo. Lo importante es reverenciar a ese otro ser que , al igual que yo, es portador de la chispa sagrada de la creación.

Fundirse, dejarse fluir al compás de dos corazones que se hacen uno.

Siempre es posible disfrutar del sexo. El cuerpo en su dimensión humana sufre el deterioro de los años; pero nunca lo harán las caricias, el contacto , la cercanía, el palpitar.

Existen millones de formas, tantas como humanos , para combinar nuestras experiencias sexuales. No hay prototipos ni reglas.

El sexo verdadero es el de dos almas que se funden, y juntas se elevan para comprender en comunión que la vida es gozo.

Dios nos hizo capaces de crear una hermosa realidad a cada instante engendrándonos como seres sexuados.

Honremos nuestra sexualidad; veneremos a nuestro cuerpo; participemos del continuo palpitar del planeta sabiendo que , si dos son uno también nos podemos fusionar como humanidad siendo una sola realidad.

Canalizado por Samara

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